martes, 6 de noviembre de 2007

Pared, lisa, blanca,...

La vida no deja de ser una pared lisa y blanca donde pintamos con nuestras propias manos. A veces solos, a veces acompañados. A veces alegrías, a veces tristezas. Y todo se reduce a buscar otras manos - amigos, amores, familia, depende del momento - que nos ayuden a pintar. Porque es una pena pintar sólo.

Hoy tenía tarde filosófica, qué le vamos a hacer.

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