sábado, 5 de enero de 2008

The Beloved Dragon

"Afortunadamente ya no uso corbata a diario. Sin embargo, hubo un tiempo en el que la llevaba todos los días. Nunca he sabido hacerme el nudo, pese a los esfuerzos por enseñarme de mi madre (mi padre tampoco sabe). Pese a mi inutilidad, llevaba siempre una corbata con un nudo y aspecto perfectos, a juego con la medio sonrisa que se dibujaba en mi cara cuando pensaba que nadie miraba.

En esos momentos, recordaba el sonido del despertador y mi movimiento apresurado para apagarlo y que ella no se despertara; salir suavemente del refugio de las sábanas camino de la ducha y vestirme casi a oscuras, salvo la corbata. Un desayuno a base de café, sólo café, sentado en la cocina. En ese momento la veía levantarse, desnuda, moviéndose como los gatos, sin apenas tocar el suelo, los ojos entrecerrados. Cogía una corbata de mi armario y la veía frente al espejo colocarla alrededor de su cuello y realizar el ritual, lento y ceremonioso, de hacerse el nudo bajo la atenta mirada del dragón. Cuando acababa me miraba con su profunda sonrisa, se acercaba despacio aflojándola y colocándola bajo los cuellos de mi camisa. Al acabar, cogía mi cara entre sus suaves manos y, mirándome fijamente, me besaba como si fuese la primera vez. Por eso sonrío cuando nadie mira."

(Fragmento del libro "los maravillosos 52 años que pasé junto a la chica del dragón", editorial Todo es Bonito, edición 2008)

3 comentarios:

dani dijo...

...me dice Sali que le parece un relato machista...no, no? (A la fotografiada no se lo ha parecido)

Anónimo dijo...

Por dios, no... El sexismo está en otras cosas mucho más sutiles que una corbata...

Anónimo dijo...

Machismo? no hombre no... puedes mediosonreir a gusto... pero por si acaso, que nadie te vea... o te dirán machista.
;oP

Tx