Las estrellas de Tristán
"Bajó las escaleras corriendo, como un torbellino, excitado. Era una noche de luna llena. Llevaba su jersey de lana azul, vaqueros, su linterna, un saco de tela y una pequeña bolsa de cuero. - ¿Qué llevas ahí Tristán? - Preguntó levantando la mirada del lienzo. - Es un polvo de hada muy especial -contestó muy serio mirando a su amada -, que va a ayudarme a conseguir tu regalo de cumpleaños. Ana sonrió, Tristán la llenaba siempre de ternura cuando la miraba con aquellos enormes ojos negros y le contaba una de sus imaginadas historias. - No tardes, no me gusta que salgas de noche. Ten cuidado. "No hay problema", pensó. Conocía a la perfección los bosques en los que se había criado. - Sí mi princesa - respondió divertido mientras la besaba en la mejilla y ella se ruborizaba. Siempre que la besaba lo hacía, desde la primera vez. Cuando Ana acabó de limpiar los pinceles se dejó caer en el sofá. Se sirvió una copa de vino que degustó lentamente y puso música de fondo ("hurt" de Johnny Cash) antes de elegir las fotos de su próxima exposición. Escuchó la puerta y a Tristán. - Prométeme que no vas a mirar - dijo antes de darle tiempo a girarse-, ¡cierra los ojos! -¿Pero qué...? - No seas petarda, ciérralos. - Está bien...¿vas a tardar mucho? - No, ya está. Ábrelos, éste es tu regalo. Abrió los ojos. El salón estaba a oscuras pero encima de la mesa, suspendido en el aire, había un objeto no más grande que una manzana que despedía una tenue pero cálida luz. Se quedó paralizada y se llevó una mano a la boca mientras las lágrimas empañaban sus ojos. - Te dije la primera vez que te vi que te regalaría una estrella. Y aquí está. Ana se giró, le abrazó y besó definitivamente, para siempre, con la certeza de amar al hombre más extraordinario del mundo. Pero Tristán no trajo una sola estrella, sino tres. Cómo lo hizo, un misterio".
(Fragmento del libro "que guapa te pones cuando compones" editado por Todo es Bonito Entertaiment,2008).
6 comentarios:
Más... quiero más...
¿Cuándo toca la escena de sesssso?
Elena, también eres becaria, no m'abía dau cuenta. Ya te cotillearé todos los secretos del jefe, ya.
(He podido conectarme un momento, pero estoy viendo a alumnos pasar por recepción con chanclas y bañador camino de la playa, así que en nada me voy para allá no vaya a ahogárseme alguno).
Ni yo, Irene, ya ves... Este Dani es un liante. En cualquier caso, tremendo honor compartir beca contigo.
Qué texto tan dulce. Me quedo con la linterna, el saco y la bolsa con que se pertrecha para su salida. Conmovedor. Y hay mucha verdad, toda, en la identificación de esas lámparas con estrellas. Se me ocurre que para mi cumple quiero una aurora boreal o una luciérnaga en vuelo. O, mejor aún, un unicornio. ¿Que no existen?, ¿que son mentira? La verdad es la belleza.
Un saludo.
No sabía que las estrellas estuvieran ahí para descolgarlas. Supongo que como hay tantas, todos podemos tener una. Voy a buscar una escalera...
Ana, que sea alta...
Liante, nooooo. A trabajar becarias!
Ummmm, sexo?
Tx, vaya pedazo de público!
Madre mía Dani, cada día me dejas más impresionada!!! Cuéntanos más cosas, YA!!!
La otra
Publicar un comentario