miércoles, 19 de marzo de 2008

Señales (2ª entrega)

Mmm, aumenta la intriga. Y lo rojo no es sangre.

8 comentarios:

Xela dijo...

Me tiro a la piscina. Son las marcas de la planta de un edificio célebre(?). París?... no creo, pero dignas de Monsieur Pompidou.

dani dijo...

Algo más cerquita...

Elena dijo...

¿Las marcas de algún helipuerto?... Pero son demasiado artísticas y el rojo grafitero no tiene sentido en un helipuerto...

¿Es significativo que hayas puesto la palabra "Cielo" de la primera pista en cursiva?. ¿Es algún cielo concreto, un nombre propio?.

Anda, confírmanos, al menos, si bajo esos adoquines está la playa.

Irene dijo...

Cuate, aquí hay tomate...

El juego del Come-Cocos, pero en versión humana, por ejemplo, en medio de la Plaza del Arriaga. Y las manchas rojas, que, claro, son pintura, representan... mejor no lo cuento, que es muy desagradable.

Dani, ya te vale, mira que poner estas fotos...

¿Y lo de Brasil? No he entendido lo de "If possible gives a last there on my blog", pero aún así enhorabuena, ¡qué éxito! ¡cómo ligas!

Anónimo dijo...

A mi me recuerda a cuando estudiaba Bellas Artes... las señales que guiaban mis pasos cada mañana y que me han traído a donde estoy ahora mismo.
Pensaba que sólo estaban en mi cabeza... me alegra comprobar que no es así.
Desde detrás de mis ojos...

dani dijo...

Elena, me has dejado de piedra, ¿cómo sabías lo de la playa?

Ire, lo del come-cocos en el Arriaga es impagable, jajajajajaaaaa!

Tx, siempre debemos seguir las señales.

Elena dijo...

Ejem, no debería dinamitar mi propia estatua, pero lo de la playa no iba por ahí, sino en la línea de Xela al situar la imagen en París... ("Bajo los adoquines está la playa", creo que gritaban en el 68 francés). Era mi pedante manera de preguntar si la imagen era de París (lo sé, cuando me pongo sutil soy insufrible, necesito con urgencia empaparme de corralón). Pero lo del helipuerto sí que lo he acertado, ¡bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen!.

dani dijo...

Ejem, los de letras teneis estas cosillas...pero tiene cura: corralón cada 8-10 horas, en dosis pequeñas al principio y a demanda después. No hay peligro de sobredosis (creo).